Sonrió y salgo a la calle, la brisa me da en el pelo que se me riza aún más junto al mar. Me despierto, abro los ojos lentamente y huelo a café. Mientras no estás, meto los pies en mi mar fresquito y sanador. Corrijo mis inconsciencias, bendigo mis miserias, alabo mi locura. Te extraño y al mismo tiempo te reconozco en los andares de cualquier desconocido. Vivo mis glorias y desventuras. Disfruto de lo prohibido y de lo sano. Disimulo y me quejo. La vida se pasa y tu ahí parado, estando sin estar.